martes, 10 de septiembre de 2013

Día Mundial para la Prevención del Suicido

El Día Mundial para la Prevención del Suicidio se centrará este año en la prevención del suicidio desde la juventud hasta la vejez. Se ha adoptado ese tema para subrayar que se suicidan personas de todas las edades, y que las medidas que se adopten para prevenir los suicidios en el marco de las respuestas nacionales tienen que atender a las necesidades de distintos grupos de edades.

El Día Mundial para la Prevención del Suicidio ofrece a las poblaciones del mundo la ocasión de unirse en el empeño común de velar por que los suicidios se prevengan, las personas afectadas por enfermedades mentales reciban un tratamiento adecuado, las personas que cometen intentos de suicido reciban atención comunitaria y un seguimiento estrecho, se restrinja el acceso a los métodos comunes de suicidarse, y por que los medios de información actúan con más mesura al notificar los suicidios.


Son demasiadas las personas de todas las edades que acaban con sus vidas innecesariamente. Un promedio de casi 3000 personas se suicidan cada día. Cada 30 segundos, la pérdida de una persona que se mata a sí misma destroza la vida de su familia y sus amigos. Por cada persona que logra suicidarse, 20 o más lo intentan. El impacto emocional de los suicidios o los intentos de suicidio para la familia y los amigos puede durar muchos años.

Cada vez se tiene más conciencia de que el suicidio constituye un importante problema de salud pública, aunque en muchas sociedades sigue siendo tabú hablar abiertamente de la cuestión. Durante los últimos 50 años, las tasas mundiales de suicidio han aumentado un 60%, y el incremento ha sido particularmente notable en los países en desarrollo. Los suicidios notificados suponen ya una de las tres principales causas de muerte entre jóvenes de 15 a 34 años, pero la mayoría de los suicidios se registran entre los adultos y las personas mayores (60 años o más).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) presta apoyo en todo el mundo a iniciativas de prevención del suicidio encaminadas a la prevención del suicidio de personas de todas las edades. La OMS colabora con los gobiernos y otras instancias tales como la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio para tratar de que el suicidio deje de ser considerado un tabú, o una consecuencia aceptable de una crisis personal o social, y sea visto como una afección sanitaria en la que influyen factores de riesgo psicosociales, culturales y ambientales, que se pueden prevenir mediante respuestas nacionales que afronten los principales factores de riesgo locales que lo favorecen.

Corresponde a la OMS la función de crear compromiso político y liderazgo para elaborar respuestas nacionales de prevención del suicidio, reforzar la capacidad nacional de planificación para establecer los sillares básicos de las respuestas nacionales, y crear capacidad nacional para aplicar esas respuestas.

Si los gobiernos se comprometen a definir respuestas nacionales para prevenir los suicidios a todas las edades, se pueden realizar progresos enormes. Si establecemos redes y alianzas para promover unos planteamientos comunes que presten apoyo a los gobiernos en la planificación y la ejecución de sus respuestas nacionales, constataremos que, en efecto, el suicidio es un problema de salud pública enorme, pero que en gran medida es prevenible.

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